Durante un tiempo soñaba que el agua se desbordaba. Salía de tal forma que era difícil contenerla. Era tanta y brotaba con tanta fuerza que los intentos por controlarla eran inútiles. Solía inundarlo todo y a veces pedía ayuda tratando de evitar un desastre todavía más grande.
En el sueño de esa noche ocurrió algo distinto que le impactó y le hizo reflexionar al despertarse. El agua se salía sin control y ella, después de un mínimo intento para frenarla, decidió quedarse quieta. Decidió no hacer nada, o mejor dicho, decidió estar, que era mucho. Y entonces el agua dejó de salir. Se paró sola y el desastre que ella imaginó en otros momentos parecidos no llego a suceder. Se cansó de brotar y se agotó porque, como ocurría con casi todo, también ella tenía un final. Y entonces el suelo absorbió el agua derramada de manera natural. Había sido mucho más fácil así.
En el sueño de esa noche ocurrió algo distinto que le impactó y le hizo reflexionar al despertarse. El agua se salía sin control y ella, después de un mínimo intento para frenarla, decidió quedarse quieta. Decidió no hacer nada, o mejor dicho, decidió estar, que era mucho. Y entonces el agua dejó de salir. Se paró sola y el desastre que ella imaginó en otros momentos parecidos no llego a suceder. Se cansó de brotar y se agotó porque, como ocurría con casi todo, también ella tenía un final. Y entonces el suelo absorbió el agua derramada de manera natural. Había sido mucho más fácil así.
Al despertarse se dio cuenta de que la clave estaba en estar y confiar.
2 comentarios:
Buenas soy Amparo, a ver si consigo colgar este comentario...
Bueno, me encantan todos los escritos pero este último, me parece muy acertada la comparación e incluso la metáfora del movimiento del agua con nuestra presencia con estar y confiar. El agua es uno de los elementos de la naturaleza que mejor transmite el estado de bravura y de tranquilidad... desde esa tranquilidad interior es desde donde creo que se puede llegar a estar y confiar... Las ilustraciones de las fotos acompañan mucho a la narración...
Besitos
Hola Amparo, pues al final si. ¡qué bien! Me alegro que te guste. Gracias. Seguiremos encontrándonos. Besos.
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