momentos cotidianos

Este espacio ha sido creado para reflejar momentos que pueden ser míos, tuyos o de cualquier persona que los quiera hacer suyos.
Son realidad y son ficción. Son imágenes sugerentes y contextos ocultos para que tú también fantasees y juegues a inventar si te apetece.
Yo quiero compartirlo contigo y será un placer si tú también lo quieres crear conmigo.

24.8.08

la pulsera


Desconectarse le resultaba fácil. Era fácil sólo cuando el impacto era demasiado doloroso y profundo. Lo de que era fácil era algo que suponía porque lo cierto era que en el momento que ocurría no notaba nada. No tenía muy claro si era fácil por lo habituada que estaba a hacerlo o simplemente porque era fácil sin más.

Claro que desconectarse no equivalía a que el hecho no ocurriera. Claro que ocurría y además con vía libre para llegar hasta donde le hiciera falta. Y claro que el dolor profundo se quedaba registrado. Lo que sucedía es que eso llegaba más tarde.

Hubo un día en el que le salió el dolor repartido por cada parte de su cuerpo. Fue casi de golpe y durante horas estuvo impresionada y asustada. Durante horas y durante días que se prolongaron hasta que pudo colocar la experiencia en su sitio.

Se le fue entonces el miedo que sentía y experimentó un sentimiento de ternura enorme hacía ella. Una ternura dulce y cálida. Y con esta sensación, además de acariciarse una y otra vez, decidió hacer algo que aprendió no sabía muy bien ni de quien, ni cuando, ni donde, pero que ella misma sugería a los demás hacerlo. Se puso algo en la muñeca para recordar lo que le había pasado. Y desde entonces, cuando percibía alguna señal que tenía que ver con el dolor, de ese que no es necesario experimentar, con una simple mirada a su muñeca, porque ya no le hizo falta ni siquiera aquella pulsera que se puso aquel día, era suficiente para irse en lugar de permanecer.


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