Él era alguien importante para ella. Un día le dijo: “lo mejor está por llegar”. Había pasado mucho tiempo desde entonces y a pesar de que se lo habían recordado mutuamente en bastantes ocasiones, tenía la sensación de que esta frase había dejado de estar presente.
Hoy lo sintió igual que la primera vez que lo escuchó. Le gustó esa sensación. Fue emotivo experimentar aquello de nuevo, y entonces se repitió: “Si, si, lo mejor está por llegar”.
Lo cierto es que nunca había llegado a olvidarlo del todo, aunque hoy ya no hizo falta que nadie se lo recordara. Esas palabras habían vuelto a recuperar su presencia.
Hoy lo sintió igual que la primera vez que lo escuchó. Le gustó esa sensación. Fue emotivo experimentar aquello de nuevo, y entonces se repitió: “Si, si, lo mejor está por llegar”.
Lo cierto es que nunca había llegado a olvidarlo del todo, aunque hoy ya no hizo falta que nadie se lo recordara. Esas palabras habían vuelto a recuperar su presencia.
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