momentos cotidianos

Este espacio ha sido creado para reflejar momentos que pueden ser míos, tuyos o de cualquier persona que los quiera hacer suyos.
Son realidad y son ficción. Son imágenes sugerentes y contextos ocultos para que tú también fantasees y juegues a inventar si te apetece.
Yo quiero compartirlo contigo y será un placer si tú también lo quieres crear conmigo.

19.10.08

el viaje


Cuando se compró ese billete de avión para irse a otro continente había recordado lo grande que es el mundo. Viajar le aportaba tantas sensaciones, experiencias, momentos… Esa sensación de extrañeza que experimentaba cuando estaba en un lugar por primera vez, en un lugar tan distinto, el impacto de la novedad. Viajar le hacía conectar con la vida, llenarse de encuentros, enriquecerse conociendo otras realidades y le hacía reflexionar. Todo eso le fascinaba.

Hoy pensaba esto y pensaba también que una de las mejores cosas de viajar es que nos facilita flexibilizar nuestra manera de estar en el mundo. Y esto no es cualquier cosa porque ser flexible mejora la calidad de vida considerablemente. De repente estas en un sitio donde casi todo se hace de otra manera y experimentar eso te proporciona más opciones disponibles para luego elegir como quieres vivir tú.

Si somos flexibles podemos elegir. El problema es cuando solo puedes funcionar de una determinada manera porque en un momento de tu vida lo hiciste así y ahora lo sigues repitiendo aunque tú ya no seas la misma persona, aunque el entorno sea otro y aunque estés en otra situación distinta. A lo mejor no te das ni cuenta o a lo mejor te gustaría poder hacerlas de otra forma pero no puedes. Y no puedes porque en realidad no quieres, porque no te atreves, porque te da miedo, porque no lo has hecho nunca, porque no sabes o por la razón que sea, que ahora mismo no importa. El caso es que cuantas más posibilidades cuentes en tu repertorio de hacer, en tu repertorio de percibir y pasar a la acción, más libre te vas a sentir. Porque lo bueno de ser flexible y ampliar es que conduce a una vida más satisfactoria. Y viajar facilita esto. Ir a terapia también.

Vivir allí donde se iba debía ser muy diferente a la ciudad donde ella vivía, y seguramente iba a estar tan impactada que iba a tener todos sus sentidos al 100%, con una excitación casi permanente. No sabía si luego acabaría extenuada o más cargada aún de energía y vitalidad, pero en cualquier caso estaba casi convencida de que le valdría la pena.

Y le iba a valer la pena porque al conectarse con el momento en el que se subiría a ese avión sentía una emoción tan grande que le resultaba difícil describirla con palabras. ¡Qué bueno iba a ser en este momento de su vida hacer ese viaje e irse a ese lugar!

A veces, cuando tenía la sensación de que había sucesos en la vida que llegan justo en el momento perfecto le daba por pensar que pudiera ser que algo o alguien favoreciera que esto ocurriera, o a lo mejor sería la vida simplemente que tiene estos detalles sorprendentes. La vida, que te ofrece estos regalos en forma de oportunidades, así, tan fácil.

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