A ellos les gustaba repetir los mismos momentos cada año. Sobre todo, a quienes más les gustaba era a ellas. Eran rituales de esos que se eligen, de esos que no hace falta hacer. Rituales de esos que se hacen a gusto y que dan satisfacción, de esos que no generan inquietud ni desasosiego, de esos que sabes que si no los haces no pasa nada porque seguramente el próximo año volverán a tener su oportunidad.
Era obvio que cada año había matices diferentes o incluso muy diferentes, y al mismo tiempo había muchas cosas iguales en esas situaciones. Se repetían recuerdos y conversaciones, y volver a escuchar aquello les hacía sentir que pertenecían a esas historias, que formaban parte de trocitos de vida compartidos. Eso les alimentaba y reían. Reían mucho por lo pasado y porque en cada uno ocurría algo sorprendente que quedaría registrado para recordar el siguiente año, y el siguiente, y el siguiente. Estaban convencidos de que así sería porque eso les alimentaba y les llenaba de tal forma que ninguno se lo quería perder.
Cada año se añadía algún momento nuevo y otros se quedaban sin repetir. Y lo mejor de todo era que fuera como fuera todo estaba bien.
Era obvio que cada año había matices diferentes o incluso muy diferentes, y al mismo tiempo había muchas cosas iguales en esas situaciones. Se repetían recuerdos y conversaciones, y volver a escuchar aquello les hacía sentir que pertenecían a esas historias, que formaban parte de trocitos de vida compartidos. Eso les alimentaba y reían. Reían mucho por lo pasado y porque en cada uno ocurría algo sorprendente que quedaría registrado para recordar el siguiente año, y el siguiente, y el siguiente. Estaban convencidos de que así sería porque eso les alimentaba y les llenaba de tal forma que ninguno se lo quería perder.
Cada año se añadía algún momento nuevo y otros se quedaban sin repetir. Y lo mejor de todo era que fuera como fuera todo estaba bien.
2 comentarios:
Me encanta esa historia de los rituales, que seguiremos haciendo siempre, todos los años, hasta que seamos viejunas. Y lo de Junami me ha encantado también. Me gusta mucho tu blog.
Un beso muy grande
Si, si, si. Siempre.
Nos vemos en Bilbao.
Mil besos y unas cuantas sonrisas preciosa.
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