Hoy alguien le había vuelto a llamar princesa. Le encantaba escuchar esto porque le gustaba sentirte princesa por un momento. Para siempre y para todo princesa no. Eso no. En ningún caso. Para un momento si.
Porque las princesas te pueden gustar o no, pero en cualquier caso ser una princesa es ser alguien especial. Y escuchar que alguien le llamara princesa era escuchar que en ese momento era especial para esa persona. Le hacía sentirse así por un instante y eso le hacía sonreír. Por eso le gustaba que, de vez en cuando, alguien le llamara princesa.
Porque las princesas te pueden gustar o no, pero en cualquier caso ser una princesa es ser alguien especial. Y escuchar que alguien le llamara princesa era escuchar que en ese momento era especial para esa persona. Le hacía sentirse así por un instante y eso le hacía sonreír. Por eso le gustaba que, de vez en cuando, alguien le llamara princesa.
4 comentarios:
Hola Mireia. He estado echando un vistazo a tu blog y quería decirte que es... encantador. Derrocha sensibilidad, profundidad y estética, todo ello, como siempre, conseguido desde una gran sencillez. No puedes negar que es tuyo el blog. Por cierto, te he añadido como enlace en mi blog, espero que no te moleste.
Un abrazo... "Princesa".
Gracias Sergio, sonrío cuando te leo. Me gusta que me hayas puesto en tu blog.
Te mando un beso y una caricia llena de ternura.
Buenos dias princesa. La vida es bella. Recuerdas esta película?. Es lo que él le dice a su mujer, incluso en el campo de concentración, para eso, para que se sienta especial. Imaginate, en un espacio de impersonalización absoluta...
Él me llama princesa, no sabes lo bonito que era.
Princesa, mi princesa... esa eres tu.
Gracias amiga! Que imagen de la peli más tierna!
Besitos especiales.
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