momentos cotidianos

Este espacio ha sido creado para reflejar momentos que pueden ser míos, tuyos o de cualquier persona que los quiera hacer suyos.
Son realidad y son ficción. Son imágenes sugerentes y contextos ocultos para que tú también fantasees y juegues a inventar si te apetece.
Yo quiero compartirlo contigo y será un placer si tú también lo quieres crear conmigo.

10.11.08

dar y recibir


Cuando el proceso de dar y recibir fluye con armonía en una relación se produce algo hermoso.

El viernes pasado tuvo un momento en el que experimentó esto de manera auténtica y espontánea con una persona a la que admiraba y sentía que le quería. Se consideraba afortunada de haberle conocido y en muchas ocasiones le despertaba una ternura especial.

Unas horas antes de que se vieran le regaló algo que le surgió del corazón, le regaló unas palabras llenas de afecto y cuidado. Cuando se encontraron se dieron un abrazo en silencio y al momento, con los ojos humedecidos de emoción, él le agradeció aquello que luego le dijo que le había llegado justo en el momento en el que lo necesitaba. Y entonces, al escucharle, mientras le miraba, sintió que era ella ahora la que estaba recibiendo.

Cuando hay una persona que da y otra que no sabe recibir es jodido. Y es así para la persona con dificultad para recibir porque no le llega lo que el otro le da. O le llega pero lo rebota, no se lo queda, no lo guarda, y se pierde en el aire, se cae. Y es también doloroso para la persona que quiere dar porque se siente frustrada, siente que lo que da se pierde en el vacío y entonces es como si lo que está ofreciendo, dando y regalando, perdiera su valor. Esto ocurre a veces, en algunas relaciones, con algunas personas.

Y en otras, y en algunos momentos, ocurre lo que ella experimentó el viernes pasado con aquella persona en aquel lugar. Y si el que recibe sabe quedárselo y además responde (esto es: le dice al otro como se ha sentido con eso que ha recibido, le dice como le impacta el quedarse eso dentro), entonces se produce algo hermoso. Se genera calorcito, gustito y caricias para el corazón.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese calorcito, del que tu hablas en tu historia, todavía hoy lo siento. Se que lo guardaré por mucho tiempo. Este regalo es de los que dura para siempre.
Gracias por ofrecérmelo, lo sentí desde tu corazón, y por ser parte de ese momento tan mágico para mí.

mireia dijo...

Muchas gracias por tus palabras Jeffrey. ¡Me emociona sentirte!. Un beso.